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“Los mundos de Coraline” – Una apasionante y mágica aventura

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Los mundos de Coraline (5) por ti.

Lo que son las cosas… Hasta no hace demasiado tiempo gran parte del público identificaba “Pesadilla antes de Navidad” (1993) con la figura de Tim Burton (productor y padre de la historia), obviando (de forma injusta) al que había sido el director de la citada cinta Henry Selick.

Con el estreno de “Los mundos de Coraline” (2009) sí se ha recordado a los potenciales espectadores que la película en cuestión estaba dirigida, nada más y nada menos, que por el director de la mencionada “Pesadilla antes de Navidad”. Y es que para “vender” un producto el mundo de la publicidad echa mano de lo que sea por muy paradójico que resulte. Pero dejemos este tema y centrémonos en Coraline y la fantástica aventura que viviremos junto a ella.

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Adaptando el libro “Coraline” de Neil Gaiman, Selick nos explica la historia de una niña de lacio pelo azul que acaba de mudarse con sus ocupados padres a los anticuados Apartamentos Pink Palace situados lejos de la ciudad en un entorno gris y lluvioso. Coraline Jones no acaba de sentirse entusiasmada por el cambio de residencia y más si tenemos en cuenta que sus progenitores apenas le hacen caso y que sus vecinos no son, precisamente, muy “normales”: el pequeño Wybie, nieto de la dueña de los apartamentos, y su gato; las señoritas Spink y Forcile, dos orondas ancianas antiguas estrellas del espectáculo y el señor Bobinsky que había pertenecido al mundo del circo y que ahora arrastra una voluminosa tripa.

Los mundos de Coraline (2) por ti.

Los mundos de Coraline- por ti.

Curiosa hasta la saciedad, Coraline (cuya voz corre a cargo de Dakota Fanning) descubrirá un pequeña puerta cerrada con llave en uno de los salones de su nueva casa. Intrigada por lo que esconde, descubrirá que tras ella sólo hay una pared de ladrillos. Esa noche un pequeño ratón la despertará y la conducirá hasta esa puerta que, esta vez sí, está abierta de par en par. Cuando Coraline la cruce llegará a un brillante y emocionante mundo paralelo en el que sus padres y sus vecinos son mucho más interesantes y amables por más que todos dispongan de botones en vez de ojos. Pero ese nuevo mundo maravilloso esconderá un oscuro, terrorífico y peligroso secreto.

Éste es el argumento básico de “Los mundos de Coraline” ante la que es casi imposible no establecer comparaciones con aquella delicia protagonizada por Jack Skellington. La existencia de mundos paralelos o lo siniestro de algunas escenas son buena prueba de ello, pero hay que señalar una serie de datos técnicos que las diferencian sustancialmente.

“Los mundos de Coraline” es el primer largometraje de animación stop-motion rodado íntegramente en 3-D. Los animadores manipulan fotograma a fotograma el movimiento de cualquier objeto (los decorados o los personajes, por ejemplo) fotografiándose cada uno de esos movimientos. Cuando todas esas miles y miles de fotografías se unen y se proyectan, observamos como los personajes se mueven de manera fluida y continua. Para rodar, por ejemplo, 74 segundos de película se emplean 300 personas trabajando durante una semana.

Pero es que además y para conseguir el efecto 3-D, se fotografía dos veces el mismo fotograma: una vez para el ojo derecho y otra para el izquierdo.

Y eso no es todo, porque en esta película se incluye, por primera vez en un largometraje de animación stop-motion, una secuencia de morphing, un efecto especial que permite modificar el rostro de una persona (en este caso se produce en el personaje de la Otra Madre) hasta transformarlo en otra.

El rodaje de la película duró 18 meses a los que hay que añadir los dos años durante los que se prolongó la preproducción. Se construyeron 130 decorados que se repartieron en 52 platós (unos 16.470 m2) lo que constituye un récord para una película con animación stop-motion.

Mientras que el muñeco de Jack Skellington disponía de 150 expresiones faciales distintas, Coraline alcanza las 200.000. Así, en una secuencia de 35 segundos la protagonista del pelo azul cambia 16 veces de expresión.

Los mundos de Coraline (3) por ti.

Toda esta serie de avances técnicos tienen como resultado un espectacular cuento divertido y aterrador con una excelente escenografía y unas escenas soberbias, sobre todo, las que presenciamos en ese mundo paralelo. El jardín que reproduce el rostro de Coraline o los extravagantes espectáculos de las señoritas Spink y Forcile y del señor Bobinsky son verdaderos prodigios de la animación.

Bruno Coulais (autor de la banda sonora de la aclamada “Los chicos del coro”, 2004), con la colaboración del grupo de rock alternativo They Might Be Giants además del Coro de Niños de Niza y del Coro de la Radio Nacional de Hungría, firma una BSO que sabe plasmar de forma estupenda la diferencia existente entre el mundo “real” y aburrido y ese otro mundo mucho más excitante pero tenebroso.

Selick (que también dirigió “James y el melocotón gigante” -1996- y “Monkeybone” -2001-) nos traslada a un onírico universo en el que conviven el bien y el mal y nos presenta a una pizpireta niña a la que le tocará vivir (y sufrir) una apasionante y mágica aventura. No os la perdáis.

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Para ver la ficha de la película, pincha aquí

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Briony 



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